martes, 7 de febrero de 2012

DECIDIR Y SER CONSTANTES

En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
 Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado.
 En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
 Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.
 De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
 Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
 Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.
 Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
 Finalmente, le dieron de alta.
 Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada.
 No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
 Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.
 Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.
 Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.
 Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.
 Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.
 Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
 Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.
 Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!
 
 Moraleja:
 
 Haz lo que puedas y Dios hará lo que no puedas.

lunes, 30 de enero de 2012

La esperanza


La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana.

Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Cuando el amor profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas..... el mensaje no es que no te lo mereces..... el mensaje no es que no eres importante..... el mensaje es que tú mereces algo mejor. Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas ó esperas, no lo veas como rechazo ó mala suerte.... simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas obtener de la vida.

La vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas ó diferentes. Algunos, buscamos amor, paz, armonía, comprensión, ternura. Otros sobrevivimos día a día, semana a semana, mes a mes, y de año a año. Pero no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos con alegría, que la vida , con sus constantes alegrías, y sus penas, debe ser vivida a plenitud día a día.

Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riquezas y siervos los cuales nos sirven a plenitud ó en una choza humilde, ó luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder absoluto de estar totalmente satisfechos, y vivir una vida con verdadero significado.

Día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, tenemos ese poder absoluto, gozando cada momento que nos ofrece la vida, y regocijándonos de cada sueño. Porque, cada día es nuevo y flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros más anhelados sueños, en un mundo futurista.

¡CADA DÍA ES NUEVO, Y SI LO VIVIMOS PLENAMENTE, PODREMOS REALMENTE GOZAR DE LA VIDA Y VIVIRLA A PLENITUD, Y REALIZAR NUESTROS MÁS ANHELADOS SUEÑOS FUTUROS!

Autor Desconocido

lunes, 23 de enero de 2012

Los verdaderos amigos



Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por una calle.

Después de mucho caminar, el hombre se dió cuenta que los tres habían muerto en un accidente.

Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.


La caminata era muy larga, cuesta arriba, el sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua.


En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina.

El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada.

- Buen día - dijo el caminante

- Buen día - respondió el hombre

- ¿Qué lugar es éste, tan lindo? - preguntó el caminante

- Esto es el cielo - fue la respuesta

- ¡Qué bueno que nosotros llegamos al cielo, estamos con mucha sed!- dijo el caminante

- Usted puede entrar a beber agua a voluntad - dijo el guardián, indicándole la fuente.

- Mi caballo y mi perro también están con sed.

- Lo lamento mucho - le dijo el guardia - Aquí no se permite la entrada de animales.



El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Más el no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino.


Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semi-abierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, parecía que dormía...

- Buen día - dijo el caminante

- Buen día - respondió el hombre

- Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.

- Hay una fuente en aquellas piedras - dijo el hombre indicando el lugar - Pueden beber a voluntad.

El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.

- Muchas gracias - dijo el caminante al salir.

- Vuelvan cuando quieran - respondió el hombre

- A propósito - dijo el caminante - ¿cuál es el nombre de este lugar?

- Cielo – respondió el hombre.

- ¿Cielo? ¡Más si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que allí era el cielo!

- Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.



El caminante quedó perplejo

- Más entonces - dijo el caminante - esa información falsa debe causar grandes confusiones.

- De ninguna manera - respondió el hombre - En verdad ellos nos hacen un gran favor. Porque allí quedan aquéllos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

miércoles, 18 de enero de 2012

Amar a un Ser Humano


Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.


Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y
respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su
verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin
pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.


Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad
desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas
vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son
correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y
en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".


Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder
en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo duda,
contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su
desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.


Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin
representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé
lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el
último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan
profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.


Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de
tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras
francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus
riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar
para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su
desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus
capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.


Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus
derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.


Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y
radiantes de la humanidad, como sus lados obscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por
tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.

Andrea Weitzner - Argentina

lunes, 16 de enero de 2012

Parabola: Acto de soberbia

Un día el viejo león se despertó y conforme se desperezaba se dijo que no recordaba haberse sentido tan bien en su vida.

El león se sentía tan lleno de vida, tan saludable y fuerte que pensó que no habría en el mundo nada que lo pudiese vencer. Con este sentimento de grandeza, se encaminó hacia la selva, allí se encontró con una víbora a la que paró para preguntarle.

"Dime, víbora, quien es el rey de la selva? le preguntó el leon.

'Tu, por supuesto' le respondió la víbora, alejándose del leon a toda marcha.

El siguiente animal que se encontró fue un cocodrilo, que estaba adormecido cerca de una charca.

El león se acercó y le preguntó'Cocodrilo, dime ¿quien es el rey de la selva?'

'¿por qué me lo preguntas? le dijo el cocodrilo, si sabes que eres tu el rey de la selva'

Así continuó toda la mañana, a cuanto animal le preguntaba todos le respondían que el rey de la selva era el.

Pero, hete ahí que de pronto, le salió al paso un elefante.

Dime elefante, le preguntó el león ensoberbecido ¿sabes quién es el rey de la selva?'

Por toda respuesta, el elefante enroscó al león con su trompa levantándolo cual si fuera una pelota, lo tiraba al aire y lo volvía a recoger...hasta que lo arrojó al suelo poniendo sobre el magullado y dolorido león su inmensa pata.

'Muy bien, basta ya, lo entiendo' atinó a farfullar el dolorido león. 'pero no hay necesidad de que te enfurezcas tanto, porque no sepas la respuesta.

Todo lo que damos, vuelve.



“El espejo” -Adaptación de un cuento tradicional oriental- Era una noche de lluvia y Cristian iba manejando por la desolada carretera. De repente vio un auto parado al costado y una señora de edad avanzada que sin dudas necesitaba ayuda; entonces decidió detenerse.

Cuando se acercó, la señora bastante desconfiada enseguida pensó que podía tratarse de un asaltante. Cristian percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla, no se preocupe. ¿Por qué no espera dentro del auto que está más calentito? Mi nombre es Cristian.”

Lo que había sucedido era que tenía una llanta pinchada. Cristian se agachó, colocó el gato mecánico y levantó el auto. Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la ventanilla y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso por allí y que no sabía cómo agradecerle por la valiosa ayuda. Cristian apenas sonrió mientras se levantaba del piso, todo sucio y embarrado.

Ella preguntó cuánto le debía. Cristian no pensaba en dinero, le gustaba ayudar a las personas, era su modo de vivir. Pero le respondió: “Si realmente quiere pagarme, la próxima vez que encuentre a alguien que precise de ayuda, acuérdese de mí y dele a esa persona la ayuda que precise.”

Algunos kilómetros después la señora se detuvo en un pequeño restaurant; la camarera vino hasta ella y con una dulce sonrisa le entregó una toalla para que seque su cabello. La señora notó que la camarera estaba varios meses de embarazo, pero la misma no dejó que la tensión y los dolores le cambiaran su actitud de amabilidad. A la señora le dio mucha curiosidad en saber cómo alguien que teniendo tan poco, podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordó de Cristian. Después que terminó su comida, y mientras la camarera buscaba cambio, se retiró.

Cuando la camarera volvió a la mesa notó algo escrito en la servilleta, sobre la cual tenía 5 billetes de $ 100.

Le cayeron las lágrimas de sus ojos cuando leyó lo que la señora había escrito:

“No me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudo hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Si realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda a alguien cuando veas que lo necesite.”

Aquella noche llegó muy cansada a su casa y enseguida se acostó en la cama. Se quedó pensando en el dinero y en lo que la señora había dejado escrito.

¿Cómo puede esa señora saber cuánto ella y el marido precisaban de aquel dinero? Con el bebe que estaba por nacer el próximo mes, la situación económica estaba complicada.

Quedó sorprendida y agradecida por la bendición que había recibido ese día. Agradeció a Dios y se volvió hacia su marido que dormía a su lado. Le dio un beso suave y le susurró:

-Todo estará bien, Cristian…

Para reflexionar:

Cada día la vida nos presenta situaciones donde una o varias personas necesitan de nosotros…

¿Cómo es tu actitud frente a ellas? ¿Das lo que tenés, lo que necesitan en ese momento? ¿Das una palabra, una sonrisa, un abrazo, tu tiempo…?

Recordemos lo que la señora escribió en la servilleta y… ¡continuemos con el círculo de amor! Estemos atentos cada día para dar una mano y mejorar en un instante la vida de alguien, que en realidad ese alguien es Dios mismo dándonos una oportunidad de servir desinteresadamente.

Tenemos muchísimas oportunidades para ayudar, veamos la unidad en la diversidad. Como decía la Madre Teresa: seamos AMOR EN ACCIÓN.

fuente: espiritualidad diaria. Claudio M. Dominguez

viernes, 13 de enero de 2012

EL SENTIMIENTO DE CULPA



El sentimiento de culpa es una de las emociones más destructivas, y la mayoría de las personas la experimentamos en mayor o menor grado, tanto si es por algo que hemos hecho como por algo que no hemos sido capaces de hacer. No es un sentimiento agradable, por eso, cuando alguien nos pide algo que no queremos hacer, dudamos antes de negarnos por que tememos volver a experimentar ese terrible sentimiento.

Quizá valga la pena analizar qué es lo que nos hace sentirnos culpables y por qué tiene ese efecto sobre nosotros. La predisposición a sentirnos culpables puede haberse originado en la infancia, especialmente si teníamos el tipo de padres o profesores que nos hacían sentirnos culpables por cada falta, por pequeña que fuera, Es evidente que hemos cometido errores en el pasado, como todo el mundo. Todos podemos recordar acciones que desearíamos no haber hecho o palabras que preferiríamos no haber pronunciado. Recordar los errores del pasado es útil sólo cuando aprendemos de ellos. Mirar atrás para aumentar el sentimiento de culpa supone un gran derroche de energía. Sería mucho mejor darle la vuelta a esa energía y emplearla para algún propósito más positivo.

Si hay algo del pasado que le hace sentirse culpable, en vez de intentar confinarlo en algún lugar recóndito de su mente (donde le hará más daño), de téngase a estudiarlo y hágase unas cuantas preguntas.



. ¿Surgen los sentimientos de culpa debido a algún accidente o a una acción deliberada por su par te? La intención es muy importante en sus sentimientos. No es lo mismo romper accidentalmente un precioso ornamento que lanzarlo deliberadamente contra la pared, aunque el resultado final sea el mismo. Si ha cometido un error, lo único que puede hacer es tratar de remediarlo de la forma más apropia da posible y proponerse que no vuelva a suceder.

. ¿Ha cambiado su actitud o su conducta desde el día en que se produjo ese sentimiento de culpa? Si es así, siempre que el cambio sea para mejor, quizá tenga que sentirse agradecido porque esa situación le ha ayudado a ser mejor persona.

. ¿Su sentimiento de culpa se debe a las palabras de otra persona? Algunas personas se sienten muy bien echando la culpa de todo a los demás. En ese caso, reflexione detenidamente sobre la situación. ¿Hasta qué punto fue culpa suya y hasta qué punto esas palabras se debían a la inseguridad del acusador? En el caso de que ambos partan del mismo punto, ¿lo que a uno le parece mal también se lo parece al otro? Si no es así, ¿por qué acepta automáticamente que la opinión de la otra persona era la correcta?


Hoy existe un tema: Ser docente.




La educación actual de nuestro país se ve reflejada en el día a día de las escuelas, universidades y demás instituciones. Hay una deficiencia en los métodos que se llevan a cabo por quienes tienen en sus manos la labor de ser un “Maestro”. Con total claridad y sin ahondar en estudios o investigaciones costosas, podríamos afirmar que la persona que tiene a su cargo la responsabilidad de “Educar” no cumple con el mínimo requisito de “ser” un docente, un maestro.
De que los hubo, o de que lo siguen habiendo, por supuesto, eso sin ningún lugar a duda, pero en realidad va desapareciendo poco a poco, o si se me permite la frase, “están en extinción”.
Amar la docencia, ser la guía, el camino, la “ayuda”, para quien no posee un conocimiento es lo esencial. Desde mi punto de vista, un profesor, un maestro, debe aportar sus conocimientos, brindar el saber que posee, compartirlo. Y me refiero a mantener un lazo constante, motivador, estimulante, para que el alumno pueda encontrar el correcto rumbo hacia el saber, que nos pertenece a todos por igual y que por ello, nadie debe ser privado de él.
No hay conciencia, existe muchas veces un exceso de autoridad, una falta de respeto hacia el alumno, y por ende la situación se torna recíproca.
Vivimos inmersos en un presente con muchas dificultades, pero créanme, que he visto a personas llevar el corazón con la palabra Maestro escrita en su pecho, y eso es labor, dedicación, amor por enseñar; el preocuparse por un futuro, esforzarse por un mejor presente, cuidar una cultura.
Veamos, parece ser que la pedagogía es para unos pocos, y a la vez también preocupa que los que más títulos poseen no la saben aplicar, dejando pasar por alto, algunas veces, carreras costosas por las que incursionaron.  
Desde esta postura epistemológica, Rancière cuestiona el sistema educativo institucional actual, que responde a un sistema social que pretende perpetuar la desigualdad, enseñando solo el saber dominante que reproduce modelos sociales instituidos.
Lejos quedó ya las enseñanzas de un maestro que con la principal tarea de construir un mejor mañana se esmeraba en un niño, o en un adulto, con el fin de ayudar a que éstos compartan su saber, reflexionen, adquieran valores y así  luego ver reflejado un camino más cercano a una vida aún mejor.
Nosotros como parte de una sociedad que sigue avanzando, como alumnos, porque lo seremos siempre que exista algo más que aprender, desde cualquier punto, desde cualquier ubicación, ¿No debemos aportar nuestra cuota de ayuda para que todo mejore y la situación actual se revierta?

Maestros, Profesores, Docentes, la educación Argentina está naufragando por un mar de irresponsabilidades, transita por lugares a donde el valor y la dedicación no llegan, y muere donde la preocupación por el otro no forma parte de los principios morales. Cambiemos esto, porque pese a los adelantos tecnológicos, materiales en todos sus sentidos, los que tienen el timón de este gran “barco” que es la sociedad futura, son ustedes y coadyuvar al progreso de una persona, es contribuir al progreso de una Nación mejor.

jueves, 12 de enero de 2012

¿Por qué debemos aceptar que nos equivocamos?


Ciertamente, primero y ante todo, somos seres humanos, pero en el sentido simple y sencillo de la concepción natural; Somos seres con virtudes hasta extraordinarias, seres vivos, pertenecientes a un mundo que también, por supuesto, está lleno de otros seres vivos. Lo que nos diferencia, como todos sabemos, es el don de la razón; Pero claro, vamos a decir mejor que ese "don", se vuelve tal, cuando realmente hacemos el uso correcto del mismo. ¿Cómo es eso?
Verdaderamente las personas a veces, nos encapsulamos en algo que sabemos que hicimos de una manera incorrecta, afirmando de que jamás hemos de haber cometido algún error al realizarlo. Por dentro sentimos que algo no marcha bien; pero claro, sería injusto para nosotros mismos castigarnos diciendonos que nos equivocamos...
Hay un acto muy noble para con nosotros mismos. Existe, en el momento de la aceptación de nuestra equivocación, una sensación de haber dado un paso adelante. Porque de eso se trata el mundo, de eso se trata nuestra vida. Como seres humanos, tenemos la posibilidad de equivocarnos. Nop existe perfección alguna en todos y cada uno de nuestros actos; por ello es que, cuando nos damos cuenta de que realmente obramos mal, o de una manera que no era la adecuada, dimos entonces el primer paso.
Pero la historia no termina allí. Debemos aceptar en todo sentido que nos equivocamos. Y para ello, se necesita también perdonarnos a nosotros mismos. "Me quivoqué, lo reconozco, pero trataré de enmendar mi error". Ese "Trataré de enmendar mi error", no se trata en que debamos esperar que vuelva a ocurrir una situación de idénticas características, porque podría darse o no, sino más bien se trata de actuar en nuestras próximas desiciones, cualquiera sean, tratando de no volver a cometer otra equivocación, pero aceptando interiormente de que existe la posibilidad, y esa posibilidad, depende de la forma y manera de cómo realizo mi acción. Tengo el poder suficiente sobre mis actos. Puedo caminar la vida tranquilo, pero con cautela. Debo aceptarme, aceptar mis actos, sean correctos o no, y si me quivoqué, debo aprender a seguir adelante, aprender de mi error y saber corregirlo. 
"Aceptar que nos equivocamos nos hace crecer como personas".

¿Por qué mentimos?


Vicente Carbona

El ser humano es el único animal capaz de engañarse a sí mismo. En los animales, el engaño suele estar asociado a un mecanismo genético de selección natural, en el sentido de que los más propensos a engañar a sus víctimas y/o a sus depredadores, o simplemente a sus competidores, tienen más chance de sobrevivir. ¿Por qué el ser humano se autoengaña?

Un ejemplo de este mecanismo de autoengaño, o de elaboración de “engaño creativo”, se evidencia en encuestas en las que se pregunta a los participantes el número de relaciones sexuales que han tenido en su vida. Normalmente, los hombres tienden a inflar la realidad, de dos a cuatro veces más que las mujeres. Esto ya no es cuestión de autodefensa, o de supervivencia… ¿o sí?

En una reciente encuesta de la Universidad de Michigan, dirigida por el psicólogo Norman R. Brown, midiendo las respuestas de 2.065 personas sexualmente activas rondando los 40 años de edad, las mujeres declararon unas 8,6 parejas sexuales. La cifra para los hombres fue de 31,9. Obviamente, alguien está siendo muy creativo. Luego, al discutir sus respuestas, casi el 10 por ciento admitió que no había sido honesto del todo. Aquí, según ciertos expertos, hay que agregar el fenómeno de los que “mienten acerca de sus mentiras”.

Muchos investigadores consideran que éste fenómeno está ligado a la autoestima. Cuando las personas sienten amenazada su autoestima, tienden a recurrir a la mentira, y los extrovertidos mienten más que los introvertidos, según diversos estudios. En términos de género, aunque hombres y mujeres mienten en proporciones similares, la investigación existente demuestra que los hombres lo hacen más para dar una mejor impresión de sí mismos (“Estoy hecho un toro”), mientras que las mujeres tienden a mentir para hacer a la otra persona sentirse mejor (“El tamaño no importa”).

Mentiras piadosas

Mentimos por diversos motivos, y no todas las mentiras son deliberadamente dañinas. La “mentira piadosa”, la que se dice con intención de no causar pena, o de paliarla, es un buen ejemplo. Según el Prof. Dr. Roberto M. Cataldi Amatriain de la Revista Argentina de Clínica Mé-dica, “La ‘mentira piadosa’ constituye una excepción a la regla (la ética médica), sólo justificada por el respeto a la persona y ante la situación concreta de que el mal que se produciría al decirle la verdad sería de tal envergadura que no nos queda otro camino que apelar a la excepción de la regla”.

A veces mentimos para proteger nuestra intimidad o la de otras personas, para resolver situaciones incómodas utilizando el “tacto”, o simplemente para quedar bien. No obstante, para los puristas, una mentira es una mentira. Como cantó el famoso chileno Buddy Richard en Mentira:

Mentira, lo nuestro siempre fue una mentira/una piadosa, pero cruel mentira/esas palabras bellas que se dicen/nos dejan en el fondo cicatrices…

Muchos piensan que toda mentira, sea de omisión o de comisión, acaba siendo dañina, tanto para el que la dice como para el que la recibe, pues corroe la fidelidad, la confianza, la intimidad entre dos personas, y por extensión debilita los cimientos de la convivencia social. En este último escenario podemos incluir las incontables mentiras piadosas (y otras claramente impías) de los políticos, los periodistas, los comerciantes, los abogados, los religiosos y todos de cuya decencia y verosimilitud depende la ciudadanía en cualquier sociedad libre y democrática. Las encuestas invariablemente demuestran que ésta es la percepción que tiene la gente.

En una encuesta reciente entre jóvenes universitarios españoles elaborada por la Fundación BBVA, la iglesia, los medios de comunicación, el gobierno español, los ejecutivos autonómicos y las empresas multinacionales inspiran muy poca confianza.

¿Quién tiene la culpa?

Siempre que se estudia el comportamiento humano, la división de opiniones sobre cuál es el origen de cualquier comportamiento negativo se encuentra entre causas naturales (o biogenéticas) y causas sociales (o culturales). También está la versión holística, la que alega que “el todo es más que el conjunto de sus partes” pero por ahí no iremos de momento.

Según Derek Wood, Director de Contenido Clínico de Get Mental Help, Inc (Washington, USA), las personas mienten principalmente debido al miedo. Buscan evitar un castigo porque sospechan que han hecho algo malo, y esto se puede convertir en un problema psicológico cuando el miedo es irracional y la mentira se convierte en algo compulsivo. Esto puede definirse como Trastorno de Personalidad Antisocial. En estos casos, según Wood, las personas mienten para obtener lo que desean, normalmente dinero, sexo o poder.

El problema de este escenario es que puede ser extrapolable a la mayoría de personas, lo que nos indicaría que vivimos en un mundo lleno de trastornados psíquicos. Como hemos visto antes, si la gente percibe que los políticos, abogados, periodistas, comerciantes, religiosos, ladrones, adúlteros, y otros más que caben en esta lista son mentirosos compulsivos, muy pocos nos salvamos.

Y por el lado biogenético, algunos alegarían que las personas estamos irremediablemente programadas para reaccionar de maneras predecibles debido a las instrucciones que recibimos de nuestro código genético, lo que hace que algunos sean más competitivos, más temerosos, más compulsivos. O más mentirosos.

Otra manera de verlo es como un fenómeno que combina causas socioculturales y biogenéticas, en el que el problema es atribuible tanto a los mecanismos socialmente viables como a la predisposición biológica. Tiene que ver con la permisividad social y el potencial de autocontrol que somos capaces de ejercer sobre nuestras propias acciones. En gran medida, y salvo situaciones de trastorno psicológico extremo, nosotros somos los responsables.

Teoría de la mente

La relación causal entre la mente y la mentira no es casual. Las mentiras son memes replicantes. Las mentes de las personas están íntimamente enlazadas debido a la interacción de conceptos e instrucciones conductuales que pasan de un cerebro a otro por imitación (memes). Esta relación causal se debe a las neuronas especulares (o neuronas espejo), que reflejan la “realidad” de una mente a otra.

“Las neuronas especulares sugieren que pretendemos estar en los zapatos mentales de la otra persona”, sugiere Marco Iacobini, neurocientífico en la Universidad de California, Escuela de Medicina de Los Ángeles. “De hecho, con neuronas especulares no tenemos necesidad de pretender, prácticamente estamos en la mente de la otra persona”.

Desde el descubrimiento de las neuronas especulares, se ha comprobado que sus propiedades están implicadas en una amplia gama de fenómenos. Por ejemplo, estas neuronas ayudan a los científicos cognitivos a explicar cómo los niños desarrollan su particular “teoría de la mente” (ToM), que es simplemente el reconocimiento de que los demás tienen mentes similares a las suyas.

Las teorías más populares sobre el desarrollo de la ToM son la “teoría de las teorías” (algo como el meme del meme), y la “teoría de la simulación”. La primera sugiere que los niños acumulan pruebas, en forma de expresiones y gestos, y usan su entendimiento cotidiano de las demás personas para desarrollar teorías que explican y predicen su estado mental.

La teoría de la simulación alega que tenemos la capacidad de leer las mentes de los demás, ni más ni menos. Nos ponemos en la mente del otro y usamos nuestra propia mente como un modelo para explicar la suya. Y a veces para engañarla.

Vittorio Gallese, neurocientífico en la Universidad de Parma, miembro del equipo que descubrió las neuronas especulares, piensa que cuando interactuamos con otra persona, no sólo observamos su comportamiento, también creamos representaciones internas de sus acciones, de sus sensaciones y de sus emociones, como si fuésemos nosotros los que nos movemos, sentimos y emocionamos.

“Compartimos con los demás no sólo la manera en que actúan normalmente o experimentan emociones subjetivamente, sino también los circuitos neurales que permiten esas acciones, sensaciones y emociones: los sistemas neuronales especulares”, explica Gallese en LiveScience.

Viva la mentira

¿Por qué mentimos? Como hemos visto, existen muchas posibles explicaciones, todas válidas en cierto grado. Atribuir valores morales a la mentira es un ejercicio fútil porque se está juzgando el síntoma y no la enfermedad. En este caso, la enfermedad sería el resultado de la mentira, es decir, sus implicaciones.

Todos mentimos. Algunos más que otros. Hay quien miente porque es un manipulador social y lo hace para herir, abusar de la gente y aprovecharse de los demás. Otros mienten para sentirse mejor, para halagar a los demás, para lograr algo útil o válido sin herir a nadie. En este caso, al final, el mentir puede ser hasta un arte.

“Ningún hecho está más firmemente establecido que el que demuestra que el mentir es una necesidad de nuestras circunstancias. La deducción de que en este caso es una Virtud es evidente. Ninguna Virtud puede alcanzar su utilidad más sublime sin cultivación cuidadosa y diligente. Consecuentemente, no hace falta declarar que ésta debería ser enseñada en las escuelas públicas, hasta en los periódicos. ¿Qué chance tiene el mentiroso ignorante e inculto ante un experto educado? ¿Qué chance tengo yo ante el señor Mar… ante un abogado? La mentira ‘juiciosa’ es lo que el mundo necesita. A veces pienso que sería aún mejor y más seguro no mentir nunca antes que mentir sin juicio. Una mentira torpe, no-científica suele ser tan poco eficaz como la verdad”.

Mark Twain tenía una manera muy peculiar de ver y explicar el mundo. Para él, más que la verdad, lo que importa es la dignidad, la diligencia, la razón. Ante la razón, cualquier valoración moral es espúrea.

“Por el mar corren las liebres…

domingo, 8 de enero de 2012





Tiene 26 años, es rosarina y bailarina por vocación. Se definió como una persona "muy competitiva". Y les mostró a todos su crisis de pareja con su novio "del afuera". Esta es la carta de presentación de Julieta Carbonell, la última eliminada de Soñando por bailar 2, la diosa que se quedó sin reality, pero con un promisorio futuro en las pasarelas, luego de su paso por el ciclo de El Trece.

Desde que era niña, Julieta soñaba con ganarse un lugar en los medios y ser reconocida por la gente. Como si fuera poco, su gran anhelo era, algún día, estar en el programa de Marcelo Tinelli. Ese sueño se truncó a mitad de camino. Pero ahora su nombre ya no será anónino. Y ella quiere aprovecharlo.

La rosarina mostró sus dotes para el modelaje en una producción de fotos especial. Y a juzgar por las imágenes, potencial no le falta.

Fuente: Ciudad.com

El marketing móvil, diez tendencias para la empresa en 2012


La llegada de los teléfonos móviles con acceso a Internet ya es una realidad y cada día podemos ver en nuestro entorno más y más usuarios que disponen de este tipo de conexiones. Esto transforma los canales de publicidad que hasta ahora tenían las empresas para realizar sus campañas puesto que cambia la forma de los usuarios de acceder a Internet y posibilita nuevas formas de negocio. Por eso consideramos el marketing móvil como una de las diez tendencias para la empresa en 2012.

Adaptar las campañas de marketing que se realizan a estos dispositivos, no sólo las de Google Adwords, sino también campañas de mailing, que si hasta ahora se comprobaban que se visualizaran y abrieran correctamente en todo tipo de gestores de correo y servicios online más importantes, ahora también habrá que hacerlo con los principales navegadores móviles.

La segmentación es clave
La adaptación de las campañas a la navegación móvil es muy importante para que resulten efectivas. Crean campañas que se visualicen bien en todo tipo de dispositivos, pero que además se muestren en aquellos que nosotros deseamos. Para ello es necesario poder segmentar correctamente para poder dirigir los anuncios a aquellos que nos interesa.


Supongamos que tenemos una tienda que vende complementos para iPhone. De nada nos servirá mostrar estos anuncios en terminales BlackBerry o Android ya que su impacto y el cumplimiento de los objetivos será nulo. Es un anuncio que no interesa a este público. Por eso poder segmentar la publicidad por tipo de móvil es fundamental. Lo mismo podríamos decir en el caso de las tabletas táctiles.

Pero también nos puede interesar por tipo de conexión. No es lo mismo WiFi que conexiones de banda ancha móvil. En cualquier caso siempre es necesario poder medir la efectividad de las campañas que hemos ido realizando para comprobar si cumplen con los objetivos que nos hemos marcado o no. Analytics evoluciona en este sentido dando más importancia cada vez a los dispositivos móviles.



Adaptación de la web a la navegación móvil

En este aspecto uno de los puntos donde puede fallar toda la estrategia es la adaptación de la página web a la navegación móvil. Si después de todos los esfuerzos realizados el cliente potencial llega a nuestra página web y no se visualiza bien el porcentaje de abandono será muy alto. Por lo tanto es fundamental tener la página adaptada para que se pueda consulta de forma cómoda desde dispositivos móviles.


En la medida en que seamos capaces de incorporar una buena solución, que muestre la información que queremos de forma cómoda, que permita al usuario acceder a distintos contenidos y por supuesto que podamos actualizar de forma sencilla. La web cada vez es más dinámica y no podemos permitirnos tener siempre los mismos contenidos en las páginas.


Creación de aplicaciones para móviles


Este es un paso más en la estrategia móvil de nuestra empresa. Se trata más de una alternativa para fidelizar a los clientes que ya tenemos, puesto que por lo general los usuarios que se instalan aplicaciones ya conocen la oferta de nuestra empresa, la usan habitualmente y esperan un plus en la aplicación móvil.


La posibilidad de completar la compra desde el propio móvil o comunicarse con nosotros a través de correo electrónico, redes sociales o incluso WhatsApp, ayudará a que el cliente se sienta bien atendido y considerado dentro de nuestro negocio. Para muchas empresas que se dedican al mundo de los servicios para terceros o que ofrecen aplicaciones bajo modelo SaaS un aplicación móvil se convierte en algo obligado.

La dificultad estriba en que no podemos tener una sola aplicación, sino que hoy en día hablamos de un mercado muy segmentado, donde conviven distintas plataformas. iPhone, Android, BlackBerry o Windows Phone son algunas de las principales y encontrar el mercado más adecuado para nosotros o por donde empezar requiere un análisis previo del tipo de dispositivos que visitan nuestra página adaptada a la navegación móvil.

En este aspecto queda mucho trabajo por hacer. Está claro que no es para todo tipo de empresas, sino que se enfoca mucho a la venta online o los servicios que se prestan a través de la red. Sin embargo, cuestiones como la geolocalización se pueden aprovechar para lanzar descuentos a clientes habituales a través de redes sociales, aprovechar la necesidad de consumo inmediato, etc. Existen al alcance de la pyme todo un mundo de pequeñas acciones por realizar para aprovechar la navegación móvil.



fuente: www.tecnologiapyme.com

sábado, 7 de enero de 2012

Es preciso.


Es preciso que sepas que la vida no se trata de pasar su tiempo perdiéndolo en necedades. Recuerda que a cada minuto que pierdes intentando convencerte de que eres mejor que otro y no lo demuestras, es una perdida absoluta de las mejores oportunidades que te dio la vida. No intentes tapar el sol con un dedo. Recuerda que la magia del tiempo es lograr un objetivo primero, por más pequeño que éste parezca. Los logros pequeños, juntos, culminan la gran obra.
Me dije a mí mismo que cuando uno vive la vida de otro, es porque ya mató su propia vida. Si no tienes por qué luchar para vos, pues entonces has llegado al mayor de tus fracasos. Intenta siempre para vos, y luego habrás logrado para los demás. 
No creas saberlo todo, porque siempre existirán personas que sabrán más que vos. Pero ten fe y respeta a los que saben, y a lo que tú sabes, sin que ello suponga una adulación a tus conocimientos. Respétate y te respetarán. No hace falta hacer alarde de ello, y de lo que eres capaz. Porque las personas en el mundo no quieren perder el tiempo en ver cómo te idolatras, sino que prefieren compartir y aprender de alguien que, humildemente, aporta lo que puede.
Realmente en este mundo, hay personas que pierden tiempo tratando de herirte, de demostrarle a otros atributos que no poseen. En fin, recuerda que siempre, siempre, hay una oportunidad para todos, porque Dios así lo quiso. Entonces debes aprovecharla para vos.
Aprende a reconocer tus errores, a aceptarlos. Haz conciencia y háblate a vos mismo. Permítete expresar lo que hiciste mal, y reconoce actitudes equivocadas. Luego de eso acéptalo; y a partir de allí, trata de mejorar y emplear esos errores para transformarlos en cosas positivas. Dios perdona a aquél que reconoce su error. No creas en eso de que las hiciste y ahora te la harán peor, te pasará algo muy malo. No, en todo caso,  eso les pasaría a los que nunca reconocen un error propio y viven pensando en que los demás, son los únicos capaces de equivocarse. Pero a quienes nos arrepentimos, a quienes realmente pudimos reconocer nuestros errores y tratamos de resarcirlo, entonces siempre tendremos una oportunidad.
La vida no es algo malo. Dios no es malo. Vos tampoco. Pero podemos. Podemos en este mundo tratar de mejorar día a día, podemos salir adelante con nuestros proyectos. Ser felices. Porque la felicidad no está en otro si no en nosotros mismos, no está en las cosas materiales, sino en nuestros logros que nos permiten obtenerlas, no está en la imposibilidades de los demás, sino en nuestras posibilidades, para con nosotros mismos y para con los demás; la felicidad no se compone de una sola parte, sino de miles de pequeñas partes que se forman con: Amor, perseverancia, respeto, ganas, ímpetu, responsabilidad, esmero, fe, voluntad, humildad entre miles de cosas más…, ¿se puede obtener todo eso?, pues sí! Sí que se puede, y eso debes descubrirlo solamente vos! Por eso, ahora más que nunca, es preciso que empieces a vivir tu vida!!!