viernes, 13 de enero de 2012

Hoy existe un tema: Ser docente.




La educación actual de nuestro país se ve reflejada en el día a día de las escuelas, universidades y demás instituciones. Hay una deficiencia en los métodos que se llevan a cabo por quienes tienen en sus manos la labor de ser un “Maestro”. Con total claridad y sin ahondar en estudios o investigaciones costosas, podríamos afirmar que la persona que tiene a su cargo la responsabilidad de “Educar” no cumple con el mínimo requisito de “ser” un docente, un maestro.
De que los hubo, o de que lo siguen habiendo, por supuesto, eso sin ningún lugar a duda, pero en realidad va desapareciendo poco a poco, o si se me permite la frase, “están en extinción”.
Amar la docencia, ser la guía, el camino, la “ayuda”, para quien no posee un conocimiento es lo esencial. Desde mi punto de vista, un profesor, un maestro, debe aportar sus conocimientos, brindar el saber que posee, compartirlo. Y me refiero a mantener un lazo constante, motivador, estimulante, para que el alumno pueda encontrar el correcto rumbo hacia el saber, que nos pertenece a todos por igual y que por ello, nadie debe ser privado de él.
No hay conciencia, existe muchas veces un exceso de autoridad, una falta de respeto hacia el alumno, y por ende la situación se torna recíproca.
Vivimos inmersos en un presente con muchas dificultades, pero créanme, que he visto a personas llevar el corazón con la palabra Maestro escrita en su pecho, y eso es labor, dedicación, amor por enseñar; el preocuparse por un futuro, esforzarse por un mejor presente, cuidar una cultura.
Veamos, parece ser que la pedagogía es para unos pocos, y a la vez también preocupa que los que más títulos poseen no la saben aplicar, dejando pasar por alto, algunas veces, carreras costosas por las que incursionaron.  
Desde esta postura epistemológica, Rancière cuestiona el sistema educativo institucional actual, que responde a un sistema social que pretende perpetuar la desigualdad, enseñando solo el saber dominante que reproduce modelos sociales instituidos.
Lejos quedó ya las enseñanzas de un maestro que con la principal tarea de construir un mejor mañana se esmeraba en un niño, o en un adulto, con el fin de ayudar a que éstos compartan su saber, reflexionen, adquieran valores y así  luego ver reflejado un camino más cercano a una vida aún mejor.
Nosotros como parte de una sociedad que sigue avanzando, como alumnos, porque lo seremos siempre que exista algo más que aprender, desde cualquier punto, desde cualquier ubicación, ¿No debemos aportar nuestra cuota de ayuda para que todo mejore y la situación actual se revierta?

Maestros, Profesores, Docentes, la educación Argentina está naufragando por un mar de irresponsabilidades, transita por lugares a donde el valor y la dedicación no llegan, y muere donde la preocupación por el otro no forma parte de los principios morales. Cambiemos esto, porque pese a los adelantos tecnológicos, materiales en todos sus sentidos, los que tienen el timón de este gran “barco” que es la sociedad futura, son ustedes y coadyuvar al progreso de una persona, es contribuir al progreso de una Nación mejor.

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